miércoles, 25 de mayo de 2011

Antología "Al este del Arcoíris"

¡Hola, amig@s!
Os escribo para deciros que los editores de Latin Heritage Foundation, entidad con sede en los Estados Unidos de América, que tiene como uno de sus objetivos principales promover las obras de los autores hispanos y divulgar la creación literaria escrita por hombres y mujeres en toda su diversidad lingüística y cultural, han seleccionado cuatro microrrelatos, que colgaré en el blog, en una antología que se titulará "Al este del arcoíris" Así que estoy muy contenta y quiero compartirlo con todos vosotr@s. Besitos. María.

jueves, 19 de mayo de 2011

LIBRO NUEVO

Queridos amig@s:

Os escribo para deciros que la Diputación de Huelva ha publicado un libro de antología de poemas y relatos a la Asociación Literaria Nuevo Horizonte de Huelva titulado "TEJIENDO VERSOS Y RELATOS". Ayer, día 18 de Mayo, fue presentado en el Salón de Plenos de la Diputación de Huelva. Así que estoy muy feliz y mis compañeras y compañero de la Tertulia igualmente. Espero poder ir colgando mis relatos y poemas poco a poco en el blog. Besos. María.

miércoles, 11 de mayo de 2011

MOON

¡Queridos amig@s!

La revista miNatura en su nº 111 me ha publicado el relato "Moon". Espero que os guste. Besitos. María.


MOON
Me fascinan las leyendas artúricas: Camelot, los caballeros de la Tabla Redonda, Avalón, Excalibur… Sin embargo, lo que nunca intuí, aunque soy una bruja, es que aquella madrugada mi abuela Rose y mis tías, Ginebra y Betania, me revelarían el secreto familiar que guardaban con tanto celo…
La luna se refleja en las serenas aguas del estanque y una suave brisa acaricia las hojas de los abedules cuando nos cogemos de las manos. Vestimos túnicas blancas y nuestros rostros expresan alegría y emoción. La abuela me dice:
-Hoy cumples doce años, Moon, y la Dama del Lago quiere entregarte algo.
-¿La Dama del Lago? ¿Quién es? –le pregunto extrañada.
-Se llama Nimue y tiene en su poder la espada del rey Arturo, que hoy te mostrará.
-¿A mí? ¿Por qué…?
-Porque somos brujas, Moon, y Excalibur anhela retornar al lugar que nunca debió abandonar. Tú tienes el poder de devolverla hasta allí –me contesta la tía Ginebra.
            Sorprendida veo cómo una mano emerge de las profundidades del lago con una hoja centelleante: Excalibur. Mi tía Betania aferra la espada y me la entrega tras hacer una genuflexión Me quedo sin habla. Aturdida, impresionada, temerosa… Oigo unos cánticos, voces lejanas que poco a poco me envuelven y sin saber cómo de pronto me hallo en otro lugar…
            Reconozco Avalón, la isla de los manzanos. Sus maravillosas colinas, sus árboles, sus brumas… Las hadas se postran a mi paso. Camino hasta el lecho dorado donde el rey Arturo yace para toda la eternidad. El hada Morgana me sonríe y Excalibur resplandece, brilla igual que la luna al ser colocada en las manos de Arturo. Después, la oscuridad me rodea… Al abrir los ojos, mi abuela y mis tías me abrazan con cariño. Rose murmura:
-Ya eres una bruja de verdad, Moon…

miércoles, 4 de mayo de 2011

¡Hola, amig@s!

Como os comenté en otra entrada gané un concurso con el relato "El maquinista", pues bien... La editorial Obrapropia ha puesto en venta dicho relato por el módico precio de 1,18€. Si os interesa lo podéis descargar en todos los dispositivos que lean el archivo en Pdf, ya sean lectores e-books, Ipads y ordenadores. Entrad en http://www.obrapropia.com/ Se encuentra en la categoría de Premios Digi-book. Muchas gracias. Besos. María.

martes, 3 de mayo de 2011

EL ESCRITOR

¡Hola, amig@s!

He sido tercera en el Primer Concurso de Relatos Breves de Todos los Foros con este relato. Espero que os guste. Besitos. María.

EL ESCRITOR

Soy un escritor célebre, consentido por la crítica literaria y adulado por millones de lectores que compran mis novelas en todo el mundo, pero si les soy sincero: yo no recuerdo haber escrito ninguna.
            Antes de convertirme en lo que hoy soy, mi vida transcurría entre una monótona relación sentimental y un mediocre trabajo como reportero de un insignificante rotativo de tirada local. Ella me dejó y el redactor jefe del periódico me despidió poco después. La depresión convivió conmigo desde entonces. Las horas desfilaban frente a la pantalla de mi ordenador sin que las palabras acudieran a mi mente, las teclas parecían reírse de mi desatino, el cursor del ratón parpadeaba sin compasión, recordándome mi ineptitud. Una fría madrugada, el insomnio se presentó en mi habitación y se adueñó de todo mi ser; dejé de dormir, de pensar, de comer… La inanición estuvo a punto de acabar conmigo. Mi cerebro vivía continuamente en la confusión más absoluta y mi lenguaje se tornó en un galimatías que nadie podía descifrar. Una mañana mis vecinos me encontraron desnudo y con señales inequívocas de sufrir una enajenación transitoria en el jardín de mi casa. Llamaron a una ambulancia y me llevaron a urgencias… ¡El hambre y el abatimiento provocan estas cosas! -me dijeron en el hospital. Allí, gracias a la destreza de profesionales extraordinarios, sané las heridas físicas y luego las del alma. Sin embargo, lo de la escritura no lo entiendo... Así que después de estrujarme el cerebro, durante interminables horas, he llegado a una única conclusión: soy sonámbulo y en ese estado inconsciente hago cosas que después mi memoria no recuerda. ¡Sí, eso es! -afirmo con rotundidad, ahuyentando a los tenebrosos tentáculos de la irreflexión de mi sala de estar. Aunque… Una tenue inquietud logra abrirse paso entre tanta convicción. ¿Por qué será…?
            Esta noche tengo un presentimiento. He decidido no tomarme el Orfidal e investigar. ¿Acaso no soy un periodista? –me digo tras dar un mordisco a mi suculento bocata de jamón serrano. Cuando termino de cenar me acuesto, pero con un ojo abierto y otro cerrado. ¡Tengo un presentimiento…! A las dos en punto oigo el reloj del vecino del quinto, los lejanos ladridos de los perros callejeros, los ronquidos de doña Eufrasia, la del tercero B, los lloriqueos de un bebé y, de pronto, percibo algo más… Un ligero tintineo y… Me incorporo en la cama y agudizo los oídos. Ese ruido, ¿no son las teclas de un ordenador? ¡Sí! ¡Alguien está pulsando las de mi portátil! Me levanto rápidamente e irrumpo en el salón. Me quedo paralizado al verle, sin poder moverme, aterrado y tan blanco como la pared. Él me mira impasible con sus rechonchas manos apoyadas en el teclado y me pregunta:
-¿Qué te pasa, Nacho? ¿No puedes dormir tampoco esta noche?
-¡Dios mío! ¿Cómo sabes mi nombre y mi…? –logro decir apenas, pues se me nubla la vista y después todo se vuelve negro.
            Cuando recupero la conciencia me encuentro tumbado en mi sofá. Una manta cubre mi aterido cuerpo y ese extraño ser me observa sentado en una silla.
-Te ha bajado la tensión arterial, Nacho, pero te recuperarás.
-¿Quién eres? –le pregunto todavía asustado.
-El artífice de que tu obra sea elogiada en todo el mundo.
-¿El artífice…?
-Así es. Yo escribo las historias que tanta fama te han dado.
-¿Y por qué lo haces?
-Porque me fijé en tu anodina existencia y decidí cambiarla.
-¿Quién eres? –volví a preguntarle con voz temblorosa.
-Me llaman el Genio de la Inspiración. Sin mí, las Musas no podrían satisfacer las ilusiones, las ideas y los proyectos que vosotros, los humanos, ansiáis realizar.
            Sonríe dejando entrever varios dientes de oro.
-¡No existes…! Todo esto es una pesadilla… -musito quedamente.
El Genio se pone de pie. Sus pobladas cejas blancas se arquean exageradamente. Escucho otra vez el tintineo y me doy cuenta de que tiene varias campanitas cosidas a su atuendo y que éstas suenan al moverse. No lo he dicho antes, pero este individuo se parece muchísimo a Santa Claus, aunque su ropa es de color verde pistacho.
-¿Quieres volver a tu anterior vida, Nacho? –me interpela pegando su rolliza cara a la mía. Sus ojos brillan maquiavélicamente cuando manifiesta-: ¡Yo puedo parar el tiempo y girar las agujas del reloj en sentido contrario! ¿Quieres que lo haga y ser nuevamente un don nadie?
-No… -susurro aterrorizado.
-Entonces, ¡cállate y déjame trabajar! –me grita malhumorado.
            En ese instante me despierto con el corazón a mil por hora. Parpadeo somnoliento y después respiro profundamente. ¡Todo ha sido un sueño! ¡Un maldito y terrible sueño! Sonrío y veo que el libro que estaba leyendo antes de que Morfeo me rodeara con sus brazos “Pánico de un escritor novel en la Quinta Avenida”, se ha caído al suelo. Lo recojo y lo pongo encima de la mesita de noche. Estoy agotado y apoyo mi cabeza en la mullida almohada. De repente, el sonido de una campanita, que tintinea en el salón, me sobresalta. Las pulsaciones se disparan al levantarme de mi confortable cama. Sobrecogido llego hasta el vano de la puerta, me asomo sigilosamente… Los nervios están a punto de estallar, oigo los latidos de mi corazón, la transpiración perla mi frente, siento que la ansiedad va a ahogarme… Un espeluznante grito escapa de mi garganta cuando Micifuz, el gato de doña Eufrasia, da un salto desde la mesa donde tengo el ordenador hasta mis hombros.
-¡Micifuz, eres muy travieso…! –Le riño-. Has estado a punto de provocarme un infarto…
            Él ronronea como una única respuesta y yo acaricio la campanilla que lleva al cuello. Poco después Micifuz se escapa por la ventana abierta. Suspiro, pues el insomnio ha tornado sin piedad, así que me siento frente al portátil. Me asombro al ver que está encendido y luego palidezco al leer lo que allí está escrito…
“RECUERDA, NACHO, QUE TIENES QUE CAMBIAR EL CARTUCHO DE LA IMPRESORA… TU AMIGO, EL GENIO DE LA INSPIRACIÓN…”


domingo, 1 de mayo de 2011

LA SOMBRA

¡Hola, amig@s!

Os escribo para deciros que he sido una de las ganadoras del Concurso Internacional de Microrrelatos Latin Heritage Foundation con el microrrelato titulado "La sombra". Besitos. María.



            La descubrí por casualidad. Estaba escondida detrás de una esquina y me observaba con fijeza.
-¿Quién eres? –le inquirí un tanto atemorizada.
            Pero la sombra no me contestó.
-¿Quién eres? –volví a preguntarle esta vez con más inquietud.
            Se adelantó varios pasos y la luz mortecina de la farola me mostró, apenas, sus desdibujados rasgos.
-¿No me conoces? Yo creo que sabes quién soy -habló con seguridad.
            Mi gesto de incomprensión debió complacerle, porque de su garganta brotó un sonido gutural que me heló la sangre. Cuando la luna oyó aquella inquietante carcajada se ocultó tras los altos edificios y las estrellas dejaron de titilar en el oscuro firmamento... Pasados aquellos segundos de desconcierto, comprendí quién era aquella sombra que me acechaba entre las callejuelas de la ciudad. Dejé la guadaña en el suelo, deslicé la negra capa hacia atrás y de mi cadavérica boca emergió un leve suspiro.
-Está bien. Has vuelto a ganar. No me verás hasta que seas un anciano.
            El humano me sonrió feliz y lentamente se giró. Cabizbajo, oí sus pasos que se perdían por la solitaria calle…